Estrategia Comunicacional en Contextos Polarizados
Evolución de la polarización política en el mundo
La polarización se ha consolidado como un fenómeno preponderante en la dinámica política en el mundo hoy, con un marcado énfasis en América Latina y el Caribe. El PNUD, apoyándose en datos de V-Dem, evidencia una intensificación sin paralelo de esta dinámica en toda la región. Sin embargo, lejos de percibirlo exclusivamente como un desafío, considero, basado en mi experiencia, que la polarización presenta ante los actores políticos, bien sean organizaciones, partidos o plataformas, una valiosa oportunidad para potenciar sus estrategias comunicativas.
Cuenta la leyenda, que el histórico líder de los trabajadores mexicano, Don Fidel Velásquez, famoso por la picaresca de sus frases, decía sobre la política que: “el mundo consiste en 25% de amigos, 25% de enemigos y 50% de pusilánimes. La política consiste en, con tus amigos, convencer a los pusilánimes, para darle en la madre a tus enemigos”. Podríamos decir que Don Fidel usó la expresión vernácula de la polarización.
Las distintas líneas de identidad política, ya sea por raza, religión, clase social o género, entre otras, pueden representar una oportunidad para desplegar estrategias de comunicación. Al apoyarnos en nuestras narrativas políticas, aspiramos a consolidar y ampliar nuestras bases de apoyo, al tiempo que dirigimos nuestro mensaje en el espacio público para captar la atención de otros grupos sociales. Esta estrategia demanda un reenmarcamiento constante, adaptativo y oportuno de nuestro mensaje, respaldado por una maquinaria comunicativa ágil y efectiva. Nuestro objetivo es dominar la agenda del discurso, definir la dirección de la conversación y mantener la iniciativa en el diálogo.
En este contexto de identidades y narrativas, el actual escenario global, donde redes sociales y medios digitales dominan la conversación pública, ha favorecido la proliferación de la polarización. Esta dinámica no es exclusiva de una región; recientes eventos, como el asalto al Congreso en Estados Unidos en 2021, ponen de manifiesto su alcance y consecuencias. Ante esto, y basado en mi experiencia en comunicaciones en contextos polarizados, considero que la estrategia adecuada no es luchar contra esta corriente, sino entenderla y direccionarla.
Aunque la dinámica comunicativa de la polarización es un fenómeno global, en contextos de alta y sostenida polarización, como Venezuela, estos desafíos se intensifican. Mis experiencias como profesional de la comunicación en ese país, transitando desde periodista a operador político, me han enseñado la importancia de tener una maquinaria comunicacional robusta con capacidades no solo de amplificar el mensaje, sino de reenmarcarlo dinámicamente para explotar las oportunidades situacionales. Durante mi dirección al frente del Ministerio de Información con el presidente Chávez, constaté cuán esencial es la maquinaria comunicacional para enfrentar desafíos en ambientes polarizados.
En este escenario, nuestra labor puede describirse en el marco de una ‘Campaña Permanente’, diseñada sobre flujos de trabajo para afrontar los retos propios de la comunicación estratégica que surgen comúnmente en entornos polarizados. Los objetivos centrales de esta estrategia son:
- Identificar oportunidades para el mensaje.
- Enmarcarlo conforme a nuestros valores y construir la dramaturgia pertinente, es decir, una narrativa única.
- Planificación y coordinación en el despliegue del mensaje
- Distribución del mensaje por saturación para maximizar su presencia en el espacio público.
- Analisis del impacto del mensaje.
Este ciclo, en constante repetición y refinamiento, busca alcanzar una dominancia narrativa que robustezca la identidad y el propósito político, enfocándose en metas comunicacionales concretas y medibles que nos permitan iterar y ajustar la precisión del mensaje. El objetivo va más allá de simplemente comunicar: aspiramos a que nuestra narrativa lidere en el foro público. Este enfoque de “Campaña Permanente” es especialmente efectivo para realzar la imagen de individuos, consolidar el rol público de instituciones y ampliar la visibilidad de entidades, ya sean políticas o empresariales.
En conclusión, entendiendo que la polarización política es una realidad de nuestro tiempo, se impone aproximarse a ella para insertarnos de una manera positiva en su dinámica. Mi travesía en la confluencia entre política y comunicación me ha revelado que, armados con la estrategia correcta, podemos no sólo resistir, sino dominar en este complejo escenario. El desafío es abrazar la polarización como una circunstancia inevitable y usarla para moldear la narrativa pública.