Del Imperio | Mary oliver

Seremos conocidos como una cultura que temía a la muerte

y adoraba el poder, que intentó vencer la inseguridad para unos pocos y se preocupó

poco por la penuria

de muchos. Seremos conocidos como una cultura que enseñó

y recompensó la acumulación de cosas, que habló

poco, si es que lo hizo, sobre la calidad de vida para las personas (otros), para los

perros, para los ríos. Todo

el mundo, en nuestros ojos, dirán, era una

mercancía. Y dirán que esta estructura

se mantuvo unida políticamente, lo cual fue así, y

también dirán que nuestra política no era más

que un aparato para acomodar los sentimientos

del corazón, y que el corazón, en aquellos días,

era pequeño, y duro, y lleno de mezquindad.